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Cien ninos de todo el mundo crean

Cien niños de todo el mundo crean
Nation 1, su propio país virtual

Los chavales lo decidieron reunidos en el MIT

   Si a un mayor le piden que se imagine un país de
niños y su mente se llena de montañas de algodón
dulce, arcoiris, dragones y otros seres míticos, es que
no está preparado para la generación de chavales que
ha creado Nation 1, un país virtual donde los niños
mandan y los adultos sólo pueden ir de visita. La
constitución de  13  surgió el mes pasado de los
debates que un centenar de niños de todo el mundo,
entre ellos una escolar de Torrevieja (Alicante),
mantuvieron en la segunda Junior Summit, que este
año se celebró en la sede del Instituto Tecnológico
de Massachusetts (MIT), Estados Unidos.
   Durante una semana, los 100 delegados de países
de los cinco continentes se dividieron en grupos de
trabajo para elaborar proyectos que hagan de este
mundo de adultos enloquecidos un lugar más
humano y solidario. “  14  ”, podría pensarse. Pero
no. Nada hay de utópico ni improvisado en un
embrión de sociedad que prevé, durante los
próximos meses, desarrollar un banco para financiar
proyectos llamado Kids Bank (el Banco de los
Niños) y establecer debates sobre los problemas que
necesitan más urgente solución.
    15  de Nation 1 es aprovechar las posibilidades
de las nuevas tecnologías para conseguir que la voz
de los niños se oiga con más fuerza. “Por eso
queremos conseguir que todos los niños tengan
 16  , para que puedan conectarse y pertenecer a
Nation 1”, explica Laura Jiménez, la escolar de 13
años que acudió a Boston  17  de España y de sus
dos compañeros, Fernando Capdepón y Álex Galán,
que la aconsejaron desde el colegio en Torrevieja.
   La lógica infantil que destila la declaración de
intenciones de Nation 1 no da lugar a la matización.
Si son los jóvenes los que mejor dominan los

ordenadores,  18  . “Nation 1 espera crear un canal
para sus voces”, afirman.
   En Boston, los delegados trabajaron como
adultos. Se levantaban a las 6.30 horas y las
reuniones, en grupos de trabajo, podían prolongarse
hasta las 22.00. Las conclusiones de cada grupo se
expusieron el último día en un foro al que asistieron
periodistas y representantes gubernamentales de todo
el mundo. Allí se pudo escuchar  19  de una niña de
Bangladesh, “que sabía manejar un ordenador desde
que el MIT le había proporcionado uno para
participar en la reunión de Boston, pero no sabía lo
que era una ducha”, cuenta Laura.
   No todo fue  20  en el MIT. Los chavales
también pudieron admirar las últimas creaciones
desarrolladas por el Media Lab. Tanto Laura como el
profesor que le acompañó en el viaje, Emilio
Martínez, quedaron asombrados. Para Laura, aparte
de “estar alucinada” con lo que vio allí, lo más
enriquecedor de la cumbre fue la posibilidad de
conocer a gente de todo el mundo.

adaptado de: El País