1 | 1 | | Al leer el relato de Antonio Gala publicado en el día 22 de septiembre por este |
| 2 | | estimado dominical, he sentido por unos instantes que yo era el protagonista de tan |
| 3 | | aterciopelado relato. Cuando yo tenía 18 años y me preguntaban qué quería ser, respondía |
| 4 | | sin vacilación: «Escritor». Pues, a esa edad, con un poco de imaginación y con facilidad |
| 5 | | para dar vida sobre un papel a personajes inéditos, te sientes un poco Dios, un poco |
| 6 | | omnipotente. Pero lo comentas en casa y tus padres te dicen: «De esa (es decir, de la |
| 7 | | literatura) sólo viven cuatro en España. Tú que debes hacer es aprobar las oposiciones |
| 8 | | para empleado de caja de ahorros», Desanimado, coges tus escritos y se los llevas a tu |
| 9 | | profesor preferido; después de leer tus inéditas obras te dice : «Tienes imaginación, pero a |
| 10 | | mí personalmente me parece que debes alejarte de la literatura costumbrista, pues esa lo |
| 11 | | hace cualquiera, debes conseguir una obra maestra», Y yo le pregunto: «¿Cómo?». |
| 12 | | «Leyendo a los clásicos y escribiendo todos los dfas algo». |
2 | 13 | | Y poco a poco, con unas cuantas bofetadas a mi vanidad, me di cuenta de que ser |
| 14 | | escritor es algo más que ponerse delante de una máquina de escribir. Es ser un |
| 15 | | extraterrestre, ver las cosas desde fuera y contarlas como si fuera la primera vez que las |
| 16 | | Yes. Aún hoy, a mis 26 años, estoy esperando dar a luz una ob ra maestra. |
| 17 | | Miguel Garcia Juan. |