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Las Chuletas son el plato escolar del mes

Las «chuletas7)« son el plato escolar del mes

11    El profesor entregó el examen. Los alumnos de tercero de Periodismo de la
2 Universidad Complutense de Madrid se prepararon para responder. Uno de ellos, Angel
3 C., parecia sufrir un inesperado ataque de dolor de oreja. Sus compañeros le veian tocarse
4 la oreja izquierda con inquietud que se iba convirtiendo en angustia. ¿Dolor, inc1uso?
5 Media hora después, enfadado y desesperado, entregó la hoja del examen en blanco.
6 Angel C., que hoy trabaja como enviado especial de una agencia internacional de prensa,
7 acababa de ser victima de su propio truco. José Luis, el amigo que debia haberle dictado
8 las soluciones al examen a través de un refinado equipo de transmisión, se había
9 entretenido en el bar de la facultad más de lo prudente y le habia hecho esperar con un
10 auricular mudo ... y unos conocimientos de la materia inexistentes.
211    Es posible que ninguno de los 200.000 estudiantes que se presentan en julio y
12 septiembre a las pruebas de Selectividad tenga la mala suerte que acompañó a Angel C. en
13 aquel examen con su «chuleta» electrónica. Pero miles de ellos intentarán atravesar esa
14 muralla que separa al cau de la Universidad con el tradicional apoyo de trucos, apuntes
15 c1andestinos y jeroglificos de entrepierna.
316    En el caso de Angel C. la trampa era un equipo de transmisión que compró por
17 20.000 pesetas a un licenciado en Medicina que debfa a los buenos oficios del aparato
18 buena parte de su carrera. Pero no todos los alumnos tienen el dinero, la audacia o la
19 inseguridad académica para servirse de micrófonos ultrasensibles, audffonos muy
20 pequeños, transmisores de ondas, calculadoras-agendas o walkmans que se pegan al
21 cuerpo con esparadrapo. La mayorfa de los chuleteros se aferran a sisternas artesanales
22 que utilizaron otras generaciones. La trampa es tan vieja como el examen y tan extendida
23 como la fórmula del H2O. «Toda la vida ha existido y sigue utilizándose», reconoce con
24 cierta resignación Emilio Merino, profesor de la Facultad de Ciencias Polfticas de la
25 Universidad Complutense.
426    Muchos educadores piensan que la chuleta es producto de un sistema pedagógico
27 equivocado. Uno de ellos, Amando de Miguel, catedrático de Sociología de la Universidad
28 Complutense dice: «En los exámenes de tipo memorfstico es imposible impedir que haya
29 chuletas, examen y chuleta son como lluvia y paraguas».
530    La chuleta tiene, según aigunos pedagogos, un valor positivo como apoyo
31 memorfstico. «Un estudio sobre chuletas puede proporcionar enorme cantidad de
32 información respecto a los sisternas informales de aprendizaje», afirma Consuelo Yáñez
33 Cossío, ecuatoriana experta en el asunto.
634    Julio Gregorio Pesquera es de los que creen que la chuleta puede llegar a ser un arte.
35 Profesor de Lingúística y autor de un «Manual práctico del estudiante vago», Pesquera
36 propone a los estudiantes ellerna: «Antes copiar que suspender». El, como muchos
37 profesores españoles, no admite la trampa, pero la comp rende. La misma actitud realista
38 adopta Helena Pardo, profesora de Literatura: «Yo a mis alumnos no les digo que no
39 copien, ni entro en reflexiones morales» - señala - . «Lo único que les recomiendo es que
40 no se dejen pillar, porque fraude pillado es examen anulado».
741    Otra cos a ocurre en los pafses anglosajones, donde la chuleta, la copia o el examen
42 preelaborado se consideran una falta muy grave. En la Universidad de Saint Louis en
43 EE.UU. una chuleta puede costarle al estudiante la expulsión. El sisterna británico se rige
44 por las misrnas normas. Si a un alumno se le pilla cometiendo fraude en una prueba oficial,
45 es posible que no se le permita presentarse a ningún otro examen.
846    Sin embargo, todo crimen es relativo, incluso entre anglosajones. Edward Kennedy
47 copió en un examen en la Universidad de Harvard y llegó a ser líder del Partido
48 Demócrata de Estados Unidos. Hace unos años cuando el jinete de la «jet» Luis Astolfi
49 presentaba exámenes para el título de agente de la propiedad inmobiliaria con dos de sus
50 hermanos, la Policfa descubrió que un amigo suyo les transmitfa las respuestas a sus
51 respectivos audffonos desde un coche aparcado en la puerta del edificio. Sólo entonces se
52 supo que los hermanos Astolfi padecfan también ese extraño malestar auditivo que le
53 costó un cero a Angel C. en aquel fracasado examen.

artículo adaptado de: Cambio 16, 24 de junio de 1991

noot 7
la chuleta = de karbonade; het hulpmiddel om te spieken