Background image

terug

La fiebre antiestatuas contagia a Madrid

La fiebre antiestatuas contagia a Madrid

1    Medio siglo después de su muerte, la figura de Jose Calvo Sotelo, cuyo asesinato
 coincidió con el comienzo de la Guerra Civil, sigue siendo un tema delicado en la vida
 política madrileña.
2    El monumento a Calvo Sotelo dominaba la Plaza de Castilla desde que lo inauguró
5 el general Franco hasta que el Ayuntamiento lo retiró el año pasado para facilitar las obras
 del túnel de lo que va a denominarse la Puerta de Europa. El proyecto incluía un pronto
 regreso a su lugar original. Pero la fiebre iconoclasta que anda derrumbando estatuas en la
 antigua Unión Soviética se ha extendido extrañamente a Madrid y ahora se agita una
 polémica sobre la restauración del monumento.
310    La reacción del partido político Izquierda Unida lo ha dejado bien claro en palabras
 de su representante Antonio Ortiz Mateos: «Triste paradoja que en la España democrática
 nos dediquemos a reponer los monumentos de aquellas personas que intentaron frustrar
 su futuro». Calvo Sotelo es considerado como uno de los máximos responsables de la
 sublevación militar contra la Segunda Republica. Fascista convencido, fue asesinado en
15 plena calle el 13 de julio de 1936, cinco días antes del comienzo de la Guerra Civil.
 Izquierda Unida quiere que el monumento sea sustituido por una fuente que simbolice «el
 futuro del pueblo madrileño». Y agrega Ortiz Mateos: «Así tendríamos una plaza abierta a
 Europa, al siglo XXI, y no un lugar donde se pretende perpetuar el recuerdo del
 fascismo».
420    El equipo municipal de otro partido, el Partido Popular, es partidario de recordar a
 Calvo Sotelo, aunque de forma más discreta que antes. «El Partido Popular respeta la
 historia y por eso el monumento vuelve a su sitio». Esa es la idea de Luis María Huete,
 primer teniente de alcalde, quien subraya que «Calvo Sotelo fue elegido
 democráticamente y no tomó partido en la Guerra Civil porque lo mataron antes». Huete
25 agrega: «Los que siguen viviendo en el pasado son ellos. Este monumento Ileva aquí toda
 la vida y no ha pasado nada. Si no hubiera obras no habría polémica». En realidad, no
 Ileva toda la vida: tan sólo 31 años. Fue inaugurado por Franco y su corte en 1960. En estos
 tres decenios han ocurrido muchas cosas. Entre otras, el derribo de muchas estatuas del
 propio general Franco. En Madrid no queda más que una en pie, en la esquina de Ríos
30 Rosas con el Paseo de la Castellana.
5    Entre los arquitectos, la impressión estética y la visión política siguen todavía
 mezclándose. Dejando claro que un monumento no puede desconectarse de las razones
 políticas por las que fue erigido y que la obra representa un momento artístico
 español muy importante, el arquitecto Francisco Carvajal piensa que «hay corrientes política que
35 están en su contra porque fueron ellos mismos quienes lo mataron». El criterio de
 Estanislao Perez Pita es opuesto. El cree que «la escultura es feísima y representa a un
 personaje muy dudoso para la historia de Espana».
6    Hay opiniones para todos los gustos. Pero lo que es seguro es que el monumento a
 Jose Calvo Sotelo, erigido con dinero reunido entre el pueblo para conmemorar el XXIV
40 aniversario de su muerte, no descansa en paz.

articulo adaptado de: Cambio 16, 23 de septiembre de 1991