1 | 1 | | Supongo que hay un momento, casi imperceptible, en que un periódico como el |
| 2 | | que usted dirige empieza a perder su carácter renovador para deslizarse por el suave |
| 3 | | tobogán del adocenamiento¹. Hace tiempo que sospechaba que EL PAIS se acercaba a |
| 4 | | esa zona de peligro, al agradable adormecimiento entre los laureles. |
2 | 5 | | Los números de agosto confirman mis temores. Ya se sabe que es un mes flojo en |
| 6 | | noticias, pero esa no excusa desatinos tales como su colección de Lecturas de verano, que |
| 7 | | con excepción del relato de Valenti Puig y poco más, se ha reducido allenar páginas con |
| 8 | | textos tan peregrinos como las autoalabanzas de Fernando Savater, bajo el disfraz de |
| 9 | | cuaderno de viaje, o las delirantes observaciones bostonianas de Rosa Montero, que |
| 10 | | incluyen como lo negativo de Estados Unidos la cifra de «un millón de niños raptados» |
| 11 | | que oyó en un programa de televisión, y se queda tan fresca (evidentemente, una chica |
| 12 | | progre española que no ve TVE no está preparada para extraer datos objetivos del |
| 13 | | marasmo electrónico-informativo de aquel país). |
3 | 14 | | Otro sintoma preocupante es el que se manifiesta en sus páginas culturales, cada |
| 15 | | vez más dedicadas afiguras y manifestaciones rancias. Un ejemplo: se han podido leer |
| 16 | | crónicas diarias sobre conciertos y festivales de mûsica c1ásica, pero no se ha reservado |
| 17 | | ningún espacio para los miles de actuaciones y las docenas de discos de mûsica rock que |
| 18 | | han animado estas últimas semanas, con la excepción de los remotos y oficialistas |
| 19 | | espectáculos de Bruce Springsteen. Considero que la orientación académica de EL PAIS |
| 20 | | es cada vez más acusada y me tema que tal olvido del rock o el jazz no es casual cuando |
| 21 | | cuentan con firmas tan respetadas como la de Diego A. Manrique o José Ramón Rubio |
| 22 | | para tales menesteres. EL PAIS se hace mayor, pero, iay!, también más oficialista y |
| 23 | | conservador. Seguiré acudiendo cada mañaña al quiosco, pero ya con el resquemor de |
| 24 | | saber que su diario está renunciando a ser el testigo de la nueva Espafia, Saludos tristes |
| 25 | | de un lector desencantado. |
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| 27 | | José Antonio Sánchez, Madrid |
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