1 | 1 | | Bien pas ad os los cincuenta años, Jesús Pardo decidió que ya era hora de dar a luz |
| 2 | | las cinco novel as que llevaba dentro. Cinco: ni una más, ni una menos. La primera, Ahora |
| 3 | | espreeiso morir, publicada el año pasado, le valió un gran éxito de critica y toda clase de |
| 4 | | disgustos en su Santander natal, que hoy lo considera el más ingrato de sus hijos. La |
| 5 | | segunda, Ramas seeas del pasado, aparecida hace tres meses, deberia crearle el mismo |
| 6 | | tipo de problemas, pero esta vez no en Santander, sino en el café Gijón, en algûn hotel de |
| 7 | | lujo y en varias pensiones modestas de Madrid. Y es que - explica Jesús Pardo |
| 8 | | atragantando las palabras - para escribir una buena novela hay que ser implacable. |
2 | 9 | | - Como Dante Alighieri. Imaginate tú que Dante hubiera quitado del infierno a sus |
| 10 | | condenados tlorentinos para no ten er problemas con ellos o con sus familiares al volver a |
| 11 | | Florencia. Pues hubiera escrito una novela rosa, pero no la Divina eomedia. Si se quiere |
| 12 | | escribir un libro serio, hay que ser implacable. |
3 | 13 | | Eso es: Jes ûs Pardo no quiso escribir una novela rosa sobre el Santander de su |
| 14 | | infancia, en los años treinta, como no ha escrito tam poco ahora una novela rosa sobre el |
| 15 | | Madrid de la posguerra. Sino todo lo contrario: una novela agria, dura, feroz. |
4 | 16 | | No es un retrato del Madrid de los cincuenta, que requeriria muchisimos |
| 17 | | volúmenes, sino de un cierto ambiente en ese Madrid, de este café - Pardo señala con |
| 18 | | bruscos gestos el entorno del café Gijón, donde se desarrolla la entrevista -, de la gente |
| 19 | | que se reunia en este café, y del mundillo de la colonia inglesa en el Madrid |
| 20 | | levitico-militar² de entonces. Sólo cuento lo que se vivia en torno a un personaje, lo que |
| 21 | | veia ese personaje, Alejandro de Malalbear, que es evidentemente bastante |
| 22 | | autobiográfico. Lo que pasa en ese ambiente es el retlejo de ese Madrid, una ciudad |
| 23 | | hipócrita, en la que las cosas que se hacian en la vida real no se hacian «oficialmente»: |
| 24 | | irse de putas, por ejemplo. Habia tabúes. Y, por supuesto, el gran tabu ibérico, que es, o |
| 25 | | era, el de los homosexuales. Yen ese entonces, el de los comunistas. Pero, entre tanto, |
| 26 | | todo esa de lo que no se hablaba sucedia. Yen todo ese ambiente la gente de la colonia |
| 27 | | inglesa detonaba por su naturalidad: es que venian de un pais civilizado, es decir, de un |
| 28 | | pais sin ideologia. En España habia una ideologia: todo el mundo era católico |
| 29 | | praeticante y todo el mundo estaba muy contento con el régimen. Las dos cosas eran |
| 30 | | falsas, naturalmente, pero en esa consiste la ideologia. Por eso, si hay sordidez en la |
| 31 | | novela, es la que viene de esa circunstancia. En esa sociedad había que ser hipócrita. |
| 32 | | Habia que evitar decir que no se iba a misa, por ejernplo; había que darles un duro a los |
| 33 | | curas cada vez que lo pedian, por miedo. Reinaba el miedo. |
5 | 34 | | En las novelas de Jesús Pardo es visible una urgencia, casi un atropellamiento: |
| 35 | | pasan muchas cosas, sale mucha gente, aunque no tenga demasiada importancia en el |
| 36 | | desarrollo del relato. Pardo explica: - Es que mis novelas van contra la idea canónica de |
| 37 | | que los personajes deben tener intluencia unos sobre otros, y sobre el asunto, cosa que no |
| 38 | | sucede en la realidad: yo creo que es una herencia de las reglas del teatro clásico. El único |
| 39 | | nexo entre los personajes es que se conocen, como en la vida real. Los personajes |
| 40 | | coexisten, aunque no se intluyan. En la novela que estoy escribiendo ahora el titulo es |
| 41 | | explicito: Cantidades discretas. Se llama así, en matemáticas, a aquellas cantidades cuyas |
| 42 | | unidades se pueden diferenciar unas de otras. Lo único que las une es el hecho de estar en |
| 43 | | la misma suma, pero son separables. |
6 | 44 | | A Jesús Pardo no le cabe duda de que su ciclo novelesco es una obra importante: - |
| 45 | | Si pensara estar escribiendo cinco novelas corrientes no me molestaria en seguir. Ya |
| 46 | | están escritas La guerra y la paz, Fortunata y Jacinta, La montan àmágiea ... Si no se llega a |
| 47 | | ese nivel, no vale la pena. Si no se está en esa categoria, es mejor dedicarse a otra cosa: |
| 48 | | hacen falta tiendas de ultramarinos en Madrid. |