1 | 1 | | No es frecuente que un autor español contrate una novela a medio escribir con una |
| 2 | | editorial norteamericana y la publique antes en inglés que en español. En este caso es así. |
| 3 | | El autor de tal hazaña es Eduardo Garrigues y la novela «Lluvias de hierba» cuya acción |
| 4 | | transcurre en Kenya y que ahora edita en España Plan eta. |
2 | 5 | | Como señaló Juan Benet en la presentación dellibro, las novelas de aventuras en |
| 6 | | escenarios exóticos abundan, pero, más a menudo de lo que seria de desear, suelen ser el |
| 7 | | fruto de un viaje turistico realizado al pais en cuestión con el fin de «rodar» unos |
| 8 | | apresurados exteriores para un libro con ingredientes de «best-seller». No es éste el caso. |
3 | 9 | | Eduardo Garrigues, que suele comentar que en cuanto pisa Africa se pone de buen |
| 10 | | humor, conoce bien el continente. Ha sido primer secretario de la Embajada española en |
| 11 | | Kenya desde 1974 a 1978 y ha viajado frecuentemente por otros pais es africanos. |
4 | 12 | | Actualmente desempeña el cargo de subdirector general de Africa subsahariana en |
| 13 | | el Ministerio de Asuntos Exteriores. Es, además, un cazador experimentado, lo que le ha |
| 14 | | permitido recorrer ciertas zonas de Africa que no son precisamente las que se les enseñan |
| 15 | | a los turistas. |
5 | 16 | | La novela «Lluvias de hierba» es, en realidad, un pretexto para hablar de la caza y |
| 17 | | argumentar en contra de la veda¹ que, según su autor, convierte estos paises africanos en |
| 18 | | circos para safaris fotográficos con cebras apolilladas y leones famélicos y deja la caza en |
| 19 | | manos de los furtivo² y los traficantes c1andestinos. |
6 | 20 | | «En Africa - dice uno de los personajes de la novela -, los unicos conservacionistas |
| 21 | | verdaderos somos los cazadores profesionales. Ustedes los cientificos y los ecologistas |
| 22 | | viven en un mundo completamente irreal. Las autoridades inglesas dejaron una |
| 23 | | reglamentación de caza muy estricta. Si se cumple, la caza no sólo tiene posibilidades de |
| 24 | | sobrevivir, sino que, sin duda, aurnentará». Tras la aparición del decreto de veda, ese |
| 25 | | mismo personaje comenta con amargura: «Lo han conseguido, nos han liquidado de un |
| 26 | | plumazo, han dejado el campo a mereed de los furtivos, que van a dejar el pais tan limpio |
| 27 | | de animales como esta playa. ¡Es el fin de la caza!» |
7 | 28 | | Garrigues recrea el mundo de esto s cazadores profesionales, en vias de extinción, a |
| 29 | | los que admira, y dedica el libro a dos de ellos. |
8 | 30 | | El protagonista de la historia sin embargo no es un cazador, sino un ecologista que |
| 31 | | Ilega a Nairobi para realizar un estudio sobre la hierba y es testigo involuntario de una |
| 32 | | serie de acontecimientos que culminan con el asesinato de un lider de la oposición a |
| 33 | | manos de la Policia. Su viaje toma un sesgo de aventuras y misterio inesperados al verse |
| 34 | | envuelto en un equivoco que las autoridades de su pais - los Estados Unidos - no tienen |
| 35 | | el menor interés en despejar. |
9 | 36 | | Esta intriga, basada en parte en hechos reales, sirve al autor para mostrar el |
| 37 | | enrarecido c1ima politico que se respiraba en Kenya durante los últimos años del |
| 38 | | Gobierno de Jomo Kenyatta. |
10 | 39 | | Pero ellibro es, además de eso, una muy amena novela de aventuras. Al lector Ie |
| 40 | | parece asistir a la suma y compendio de todos los personajes de pelicula de ambiente |
| 41 | | africano. No es que la pro sa de Eduardo Garrigues sea un ejercicio de estilo, ni tampoco |
| 42 | | lo pretende, pero resulta dificil sustraerse al en canto de las descripciones de los pai saje s, |
| 43 | | los olores y las peculiaridades c1imáticas del país que tanto ama y también al de esos |
| 44 | | personajes decadentes, reliquias del pasado colonialo miembros de la nueva casta |
| 45 | | dominante nativa que tan bien conoce Garrigues. No es que el autor haya visto muchas |
| 46 | | veces «Mogambo»³, es que Africa es asi. Y Eduardo Garrigues como lo via lo cuenta. |