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Síndrome de ansiedad por separación en el perro

Síndrome de ansiedad por separación en el perro



Hoy vamos a abordar un problema cada vez más frecuente en nuestros perros, que es el síndrome de ansiedad del perro por separación de su dueño. Dicho síndrome tiene causas variadas, siendo las más típicas las debidas a cambios, bien en la disminución de la dedicación que el dueño le presta al perro, debido a un menor tiempo disponible para estar con él, por el nacimiento de un hijo, etc. o bien a una modificación del lugar de residencia.

Los síntomas en el perro se demuestran de diferentes formas, siendo las más usuales:
  • Búsqueda de libertad, intentando escaparse y rascando las puertas.
  • Búsqueda constante de compañía.
  • Suelen hacer sus necesidades dentro de casa, cuando nunca lo han hecho antes.
  • Aumento de la excitabilidad.
  • Ladrido constante.
  • Realización de destrozos constantes en nuestra presencia.

El tratamiento se ha de basar en los dos siguientes aspectos:
  1. Tratamiento farmacológico a base de antidepresivos.
  2. Medidas psicológicas que el dueño puede tomar:
    • Supresión del ritual de llegada. El perro espera con ansia la llegada de su dueño porque sabe que va a recibir muchas caricias y estímulos. El perro con desequilibrio emocional no encuentra sosiego después de ser acariciado, sino que necesita llamar continuamente la atención de su dueño. Por ello, el dueño tiene que manifestar indiferencia total hacia el perro al llegar a casa, ya que en caso contrario, estaríamos premiando el comportamiento ansioso del perro. Es muy importante que los animales que constantemente demandan la atención de su dueño sólo la consigan en los momentos en que estén calmados y relajados.
    • No reñir al animal por los destrozos causados, ya que el perro no lo relaciona. Hay que permanecer indiferente.
    • Procurar que el perro haga más ejercicio físico y sacarle más veces a pasear del habitual, para que esté más relajado en casa.
    • Dejar, en nuestra ausencia, la radio y algunas luces conectadas, logrando de esta manera que el perro no se encuentre tan solo.
    • Control constante de las emociones por parte del dueño. No debemos compadecernos ni mostrar agresividad hacia nuestro perro.