Lo que hice por amorMi novio y yo llevábamos saliendo juntos desde hacía un año, así que los dos creíamos que ya era el momento de presentarnos a nuestros respectivos padres. Con los míos no hubo ningún problema, pero cuando fui a su casa lo pasé fatal. Me invitaron a una cena y de segundo plato pusieron cordero con salsa de nata. Yo odio profundamente las dos cosas, la carne de cordero y la leche en general, así que también la nata. Cuando vi mi plato me sentí fatal, pero no quería causar problemas y me lo comí como una buena chica. Aquella noche me fui a la cama con el estómago revuelto y tuve pesadillas con la comida. Los padres de mi novio son encantadores y lo hice por quedar bien delante de ellos, pero juro que no volveré a hacerlo más. LOURDES, Salamanca
|